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LOS MISTICOS DEL SIGLO XV EN ADELANTE Hl7 todavía escribe en agosto de 1923 con un dominio absoluto del tema. No estaba sólo el Padre Miguel Angel; apoyando su tesis. escribió el Padre Loren– zo Pérez, O. M., indudable autoridad en semejantes achaques, y el Padre Ubaldo de Alenzón, Ord. Cap., publicó una traducción francesa del libro debatido, dándola por indudablemente de San Pedro Alcáro.– tara (1). Lo notable del caso es que el Padre Cuervo llamó providencial el hallazgo hecho por él en la Biblioteca Barberini en 1904, y con ese hallazgo pensó termi– nar el asunto. Pero dicho hallazgo estaba ya hecho hace tiempo. Los Padres Franciscanos de Santiago de Compostela conocían esa edición 4esde 1890. Era la misma edición (o ejemplar) de la obra del Padre Lilio que estuvo oculta en la biblioteca Barberini y que León XIII la adquirió, incorporándola a la Bi– b1ioteca Vaticana en 1901. (2). De nuestra parte debemos añadir que la razón que alega el Padre Miguel Angel apoyándose en las con– denaciones que hizo en 1561 la Inquisición de las obras del Padre Granada, nada prueba en el debate. En la pequeña biblioteca de Santa Teresa se en- El tratado en la biblioteca te• cuentra como de uso frecuente El tratado de oración resiana. y meditadón, atribuyéndoselo al Santo franciscano. En el capítulo XXX de su Vida, hablando de San Pedro Alcántara, escribe : «Es autor de unos libros (1) La traducción del P. Alenzon, salió en 1923. (2) Cfr. A. I. A., agosto 1920.

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