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-88- gano físico para relacionarse con el mundo ex– terno que lo rodea, y ese órgano es el cerebro. El alma por medio del cerebro obra sobre el or– ganismo en general, y el organismo por medio del cerebro obra también sobre el alma. Nadie ignora que muchos enferman a consecuencia de un susto; otros por pérdidas de seres queridos; algunos por reveses de fortuna, y son muchos los que se marchitan y son víctimas de profun– das melancolías, por no poder conseguir una ilusión pasajera. Todo esto es una prueba pal– maria de la influencia que tiene lo mental sobre lo físico. Ocurre muchas veces, que sólo con re– capacitar sobre una acción mal hecha, o sobre palabras inconvenientes dichas en el acalora– miento de una discusión, es suficiente motivo para fatigar el cuerpo y ocasionar la falta de apetito y la pérdida del sueño. ¿Quién no ha sen– tido en su vida algunos de estos fenómenos? Hay acciones que, ora sea por la gravedad que en– trañan, ora por las circunstancias que las han acompañado, quedan en el alma profundamente clavadas, ejerciendo perniciosa influencia sobre el espíritu. Voy a poner un simil que pocas ve– ces se empleará con mayor exactitud. Una espina clavada en un dedo entorpece sus movimientos, entabla ruda lucha entre la na– turaleza y el cuerpo extraño, llegando a produ– cir tal estado febril, que altera las funciones del organismo. Una espina clavada en el espíritu in-

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