BCCCAP00000000000000000000168

-58- es bienaventurada. Beata quia credidisti. Tam– bién nosotros seremos bienaventurados si cree– mos a imitación de la Pastora. Madre de los cre– yentes, la llama San Bernardo; y San Cirilo afir– ma que es el cetro de fe. Busquemos la gracia por medio de María. Quaeramus gratiam, sed per Mariam quaeramus. Más aún: busquemos sin descanso a Ella misma, siguiendo sus pisa– das, que, si logramos encontrarla, encontraremos la vida. Qui me invenerit, inveniet vitam. (1) Pa– ra mejor conseguirlo, vamos a ver los tres mun– dos que he indicado: el mundo de los sentidos, el mundo de la inteligencia y el mundo de la gracia. Acudamos al trono de las divinas gracias. Dulcísima Pastora de nuestras almas: Adauge fidem nostram. Purifica mis labios con car– bón encendido, como purificados fueron un día los del Profeta Isaías, para que acierte a expli– carme como deseo. Prepara, Pastora vigilantísi– ma, los corazones de mis oyentes a fin de que fructifique en ellos la semilla evangélica, ya que ni el que planta es algo, ni el que riega, pues el incremento lo da Dios, y para más obligarte, te saludamos reverentes con el ángel. Ave María. (l) Prov. VHI, 35.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz