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-9- lugar, día, y muchas veces hasta la hora que los predicaba. Con esta serie de detalles están los que publicamos en este tomo. No habiendo ninguna Novena de sermones a la Pastora, he creído que se llenará un vacío publicando dichos croquis, juntamente con los tres panegíricos que predicó durante la Novena, Los croquis son extensos, y en ellos abundan los textos bíblicos y patrísticos con que siempre te– jía sus sermones. Hay en ellos ideas y arranques de orador sublime, de orador apostólico y santo que nunca se buscó a sí mismo, probando con– tra lo que algunos han creído, sus dotes extraor– dinarios de orador fácil y fecundo, y la pasmosa erudición que consiguió a fuerza de incesante trabajo. Con cada uno de dichos croquis pueden hacerze fácilmente uno o varios sermones, te– niendo la ventaja de poder darle cada cual el giro que más le acomode, sin copiar servilmen– te. «Hombre enviado por Dios, Apóstol de Es– paña y del siglo XVIII», le llama León XIII en la Bula de su beatificación. Todas esas prendas ex– traordinarias con que Dios adornó a su elegido y enviado, campean en todas y en cada una de esas páginas. El santo autor explana los puntos de la Novena del V. P. Isidoro. Pone un solo te– ma y dos proposiciones para toda la Novena: Cayado de amor y cayado de temor, que prue– ba de un modo maravilloso, sin rozarse siquiera. Refiriéndonos a escritos del Bienaventurado,