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PROLOGO El Venerable Capuchino P. Isidoro de Sevi– lla, de las ilustres familias de Vicentelo de Leca y de Esquibel, sobrino del Venerable Mañara, dió a conocer a la Santísima Virgen María con el atrayente y simpático traje de Pastora de las Almas el año de 1703. La devoción a la Madre del Buen Pastor se extendió rápidamente por Andalucía, España y América, fundándose Her– mandades para darle culto. A fin de fomentarlo, el Venerable P. Isidoro, alma de aquel movi– miento religioso, escribió con gran éxito una Novena a la Pastora, que se ha reimpreso varias veces, y es precisamente la que se ha hecho des– de entonces hasta ahora en todas partes. Luego publicó La Mejor Pastora Assumpta (Sevilla 1732), un tomo in folio de 584 páginas, con 136 discursos llenos de conceptos muy apro– vechables, ilustrados con abundantes textos y profusión de citas; pero todo ello envuelto en el lenguaje y gusto de aquella época, que no es precisamente la de oro de nuestra literatura. Compuso además La Pastora Coronada, un tomo voluminoso que no llegó a ver la luz pú– blica. El original de la segunda parte me lo en-