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-100- Si Deus pro nobis, dirán con San Pablo, quis contra nos? (1) No obstante las ventajas espirituales y mate– riales que ofrece esie sacramento, tiene contra él enemigos formidables. iBien sabe Satanás lo que se hace! Todo se ha sublevado, h. m., con– tra el confesonario; el furor de los impíos, el des– dén, la burla, la sátira, la calumnia. No es extra– ño; tiene en contra, a más de los incrédulos, a los ladrones, adúlteros y sensuales de todos los tiempos. No hay literato, ni falso sabio, ni poe– ta, ni novelista que no lo combata y declare in– compatible con la marcha del progreso actual; todos disparan sus dardos contra tan santo y sa- 1udable sacramento, y ¡oh Providencia admira– ble! resiste impertérrito los ataques, triunfa de todos sus enemigos, y se establece en todos los climas, en todas las ciudades, en todos los paí– .ses civilizados donde llega la luz de la fe. Ape– nas hay ciudad ni tugurio donde no se hayan sentido sus saludales efectos, que, a manera de bálsamo, van curando las llagas sociales y ro– busteciendo el espíritu. Nadie negará que su triunfo es soberano; ciego ha de ser quien no vea que pasa por todas partes. haciendo bien. «Per– transiit benefaciendo». (2) La confesión es el ma– yor freno de las sociedades~ y la mayor garantía (1) Rom. VIII, 31. (2) Act. X, 38.