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- 93 - fatal que siempre sueña en poner de acuer– do dos cosas inconciliables) la Iglesia y la revolución. · · -También merecen anatema? --El pontífice 9e. la Inmaculada, inmortal terciario, dijo en un solemne discurso refiriénc <lose al malhadado catolicismo liberal: yo le he condenado ya) pero le condenaría cuarenta veces si necesario fuera. · -De dónde proviene ese erróneo proceder de los hombre en punto tan capital de doctri– nas? Según escribe León XIII. procede de que piensan que les es lícito examinar y juzgar á su manera los a~tos de su autoridad (1). -Pues entonces, ¿qué remedio hay para no incurrir en ese mal? -Estar firmemente convencidos de que la verdad es una y que su órgano infalible está en Roma. Adherirse con resolución á la voz del Papa y de los Prelados, en la inteligencia de que donde se halle Pedro y el episcopado está J. C. y su Iglesia. --Qué más debe hacer el verdadero tercia– rio en Vista de los progresos que va haciendo ese error? -Imitará León XIIIque dice así: «No cesa– »remos jamás de combatir de palabra y por es~ »crito ese monsturo horrible, esa heregía que, (1) (Cart. al Gard. Guibert, 18 Julio 1885).

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