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- 51 - ..d.o, sea de buen natural y amante de la concor– ,dia, Número I, capítulo l. -:-Esa lección que me dais, es á fe, muy pro– pia de un hijo de San Francisco. -Pues aguardad, que también tengo otra ,cosa que recomendaros, y que no es menos importante en estos tiempos. -Qué cosa es ella? . -El apartamiento de todo lo que es lujo: ,ello se os prescribe en el número 1. 0 del capí– tulo II. Nuestras antiguas terciarias eran, por su modestia en el vestir, el tipo de la mujer ca-· . tólica. Hoy los maléficos influjos de fa moda refina– .da y coquetona, se dejan sentir hasta en los actós sagrados. La modestia del vestido concuerda muy bien con la majestad de la religión y con la dignidad de la mujer. Santa Isabel de Hungría, Patrona de. la Ve– nerable Orden Tercera, echaba mano de los vestidos más sencillos á menos que se lo es– torbase su marido. -Pero qué es el lujo? Donosa pregunta, cuando 'á cierra ojos tro– pezamos á cada paso y en cada calle con su ,efigie; pero pues me lo preguntais, quiérolo -creer sea con sinceridad. El lujo es la demasía ,en el adorno, en la pompa y en el regalo. -Daisme una definición que no entiendo muy bien.

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