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- 10 - ¡que lo colocan en la cátedra como por en-– canto. Es notable la e:cposición que lzace de la en– cíclica de León XII, Misericors, y la precí- - sióncrono!ógica que ostenta la primera parte. En la segunda se propone la santificación del terciario, le señala los medíos, el espíri– tu que debe animarlo) las devociones predi– lectas del franciscano, y para que nada fal– te, le indica como leal amigo á qué linaje de solaz y esparcimiento puede entregarse un - verdadero cristiano é hijo del Po/Jrecillo de Asís. La tercera parte del Catecismo es sin _dis– puta la más importante: vale por un libro. Define la ación social y la considera como un deber importante de los terciarios, según en ello han insistido repetidamente los Ro– manos Pontífices,· saca á la pública vergüen– za la acción diabólica de la francmasonería; · cita larga serie de condenaciones contra ella fulminadas por el Vicario de Cristo; descri– be con destreza la gran plaga que nos azota,_ el liberalismo, é indica r recomienda eficaz~ mente para extinguirla el periódico, el sufra– gio y la palabra. En estos diez capítulos revela el autor, sin pretenderlo quizá, vasto cono– eimiento sobre el espíritu de asociación del' siglo XIII JJ madura refle.t:iórt sobre los fines del P. San Francisco al establecer esta or- - den secular de penitencia.

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