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\ . qae se halla idBllfijicado_, crtyéndolo el mds exacto y cabal de todos_, es el de la revista valenciana, titulada Florecillas de S. Francis– co, }' por eso se permite trascribírtelo íntegro lector amable, para que lo saborees bien en– terándote en pocas palabras d,e lo, que más . extensamente verás luego expuesto en este . Catecismo. (/). Dice pues la mencionada Revista. «El pri– mer mérito del Catecismo del Terciario Fran– ciscano es la armonía establecida entre el tí– tulo v el texto. E., ll!l verdadero catecismo. ert do'nde sirviéndose de la forma dialogad/¡ . p de la cons(guiente familiaridad y hasta cf tantlco de abandono, que .es encanto de la amistad, ofrece el terciario sucintas pero in– teresantes instrucciones acerca de la regla cuya observancia á prometido. De la libertad que le otorga la posición en que se mantiene de catequista popular y alle– gadizo se aprovecha, unas veces para des- . cender.á mem1de11cias y nimieqpdes que,, rm aire más rumboso le hubiese precisado á cer– cenar; }' otras veces, simulandó. que le. im– pele!l las e.ril{C!Zcias del discípulo, de bon– dadoso comentarista tníecase en vehemen ..- ie j'ustigador de todos los vicios) y hasta en hábil teólogo ¡, jurista) apareciendo á prí:.. Itu:ra vista naturales habilidosas transicione$ (1) Abril do 1902, pág. 127.