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Vid a 13 A los doce años, le hallamos en Cittá Du– cale, al servicio ce un noble y. cristiano ca– ballero llamado 'J.llarco Tulio Pichi: Félix lle– va al pastoreo las ovejas- de su patrón, y em– pieza una vida ar:acoreta y de contemplati– vo. Le basta una a.filada navaja para hacer– se un pequeño templo en la corteza de un árbol: con dos co.rtes profundos sabe dibu- . jar una tosca cruz; y es fácil seguir los pa– sos del pastorcillo siguiendo la ruta marca– da por las innume:::ables cruces de las en– cinas. Enfrente de alguna de ellas estará el joven arrodillado y en oración, dándose a veces golpes de pei::ho con una piedra, llo– rando los pecados propios y ajenos, como otro San Jerónimo. Sus compañeros le mi– ran d.e lejos, esconé.idos entre los matorra– les del bosque, y ne se atreven a interrum– pir las oraciones de éU amigo que parece un serafín bajado del cielo. Todos saben que Félix habla poco, que es enemigo de murm·.1raciones y de juegos; pero saben también c;:ue siempre anda con– tento y que su alegría es reflejo de la bon– dad de su alma,