BCCCAP00000000000000000000165

Vid a 11 ha sido repetido miles de veces por los uo– vicios de todos nuestros conventos. San Félix era el capuchino ideal, y to– davía sigue siéndolo para todos aquelios que quieren adquirir una perfección acabada en todas las virtudes que florecen en los claus– tros. En un sentido amplio y puramente ejemplar, puede afirmarse que el verdadero fundador de los Cap!.lchinos, p.'.)r su influe-n– cia y por su amable atractivo, es San Félix de Cantalicio. Había nacido en 1513, en el seno de una familia de cristianos labradores. El apellido de su padre era Santo: el de ,su madre, San– ta. ¡Singular y sugestiva . coincidencia! El pueblecito de Cantalicio está en un rin– cón encantador al pie de fos Apeninos. Allí todo convida a la paz del alma, a la medita– ción y a la poesía. Sin ~mbargo, los habi– tantes de ese paraíso eran, en la época del nacimiento de San Félix, ariscos y salvajes. Alguien ha podido decir gráficamente que aquel pueblo, «más que madriguera de co-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz