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-42- cada uno de ellos un estudio detenido (1), · ¿Pero hemos de decir, por eso, que en la vi– da del Sacerdote de María, no caben esas mil prácticas que, sin ser obligatorias, diri– gen su espíritu y su corazón.hacia Ella, im– pregnando su vida del espíritu de la perfecta devoción? Lejos de eso; podemos mencionar algunas, y todos encoritrarán fácilmente otras muchas que el fervor de su piedad, sin duda, les sugerirá. Obse7uiar a la Santísima Virgen en sus festividades, considerar el sábado, sobre to– do el primero de cada mes, como el día de María. En · esos días, especialmente, to– mar para materia de meditación y lectura espiritual la vida y virtudes de la Santísima Virgen, y ayunar, si es posible, a ejemplo de los hijos del B. Montfort. .No obrar ligera– mente y por antojo, ni siquiera en las cosas libres, o dígase indiferentes, pues la depen– dencia de María que voluntariamente hemos aceptado, exige. que examinemos un instan– te si tal obra será de su agrado, y· que le pi– damos permiso para practicarla. Depositar las llaves o insignias de la propia dignidad (1) El Mensajero de.María Reina de los Corazones nos lo facilitará.

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