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,:;- 35- Ave María publica la soberanía de la Santí- , sima Virgen por razón de su aliariza con Dios y con Cristo en la obra de la Redención. La Reina del ~ielo forma una misma cosa con Nuestro Señor: Dominus tecum; por con– siguiente, Ella es nuestra Señora. El Angelus ofrece el ejen:1plo de la servidumbre filial: María está sometida a la voluntad santa de Dios, porque es su esclava, su humilde sier- ' va; pero al mismo tiempo, ¡qué recompensa' .la suya! Dios la eleva a la más 'alta dignidad. El Santo Rosario no tiene otro fin que pro– curar que entren las al~ms en los misterios de Jesús y María, como en un molde que los debe modelar para que así penetre I en sus costumbres y en sus obras la vida de Jesús por María. Los diversos escapularios, sobre todo el del Carmen, son la librea de María. No debemos renundar jamás a esta librea. porque el Bautismo nos hace para siempre entrar en la familia de María; y no nos es permitido emap.ciparnos, sustraernos de la autoridad, de la protección de tal Madre, et- cétera, etc. ' . 3. 0 Todas las obras del apostolado de– ben hallarse animadas del espirita de la perfecta devoción.-Todo lo que contribuye al reinado de Dios en este mun,do, es mate-