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-32- fecta devoción. Ella no viene a rivalizar con las otras devociones, con la del Sagrado Co– razón, con la del Santísimo Sacramento, con la de la Pasión, etc., antes, se adapta a to- . das, y facilita y perfecciona su práctica. Por , consiguiente, el ir a Jesús por María y con Ella, es siempre un auxilio inapreciable parn mejor obrar, para más amar y emplearse ·en ·efdívino servicio. 3.º Enseñe el Sacerdote de María esta devoción a las almas escogidas que quiere formar en la vida interior, para que santífi- ' cadas éstas,· fe ayuden en la salvación de las demás. Desde el punto de vista del Aposto– lado debe saberlas estimar en su justo valor, y entender el auxilio que han de facilitarle aunque no sea más que secundando los es– fuerzos de su celo con sus oraciones y su vi– da de inmolación. El fruto que recoge, mu– cha~ veces, ellas lo habrán hecho germinar y madurar. ¡Cuántas veces tales almas ven– cen las resistencias contra las cuales se es– trellaba su ministerio! Se busca la salvación de las almas; mas, ¡cuánto importa recordar que esas gracias de conversión se obtienen con mayor abundancia por medio de estas almas santas! Es dar una prueba cle fe ilustrada y cono-

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