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1 -19- cioha la vida ante ,este modelo acabado, q:ue es María! Es imposible que un sacerdote te}?.ga habitual,ménte en su compañía a la .. Santísin:ia Virgen, sin copiar poco ·a poco sus ideas, sus atenciones y hasta su modestia exteri,or.. ¡Qué regocijo también para el , corazón, y qué medio tan seguro para pre- . servar del contagio de la clllpal El pobre co– razón del sacerdote, tan amante; · delica– cto y generoso; tantas veces detenido en ·su nol:)le impulso y forzado a reprimirse, a . renunciarse; recibiendo frecuentemente ne– gras ingratitudes por correspondencia a los beneficios que derrama, ha encontrado por fin un corazón que le comprende y en el cual puede desahogarse y desqmsar. Una imagen querida animará y llenará de hechi– zos su s.ilenciosa morada; una afección pu 0 rí'sima dominará las .otras afecciones y las orden¡:¡rá debidamente: María será la Señora de sus. pénsamientos, Ella se le manifestará como el ideal de la0 Belleza, la Dulzura y el Amor, La mirada cariñosa de esta Ma– dre y Maestra'le animará a la práctica del bien y ahuyentará todo desaliento. 2.º Estudiar a María. - Como sacerdo– tes de la Santísima Virgen, tendréis que e~– tudiarla, y ésta será una de vuestras mayo-

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