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Yo nada le dije a mi amigo por su baja mira ... lo disimu~ lé. Pero otros amigos s\,n reparos ni temores le ciijeron: -Tú preferías la mayor y no .r,•paraba~ en economfas y · la perdiste por tonto. · . .:....¿y quién asegura donde está el rem.:odio eficaz~ - Y a lo has vistó ahora y te lo deeíamos c¡ne entrt\gim1s las dos al sistema n»turist::i'. Lo que no creí»fl, llhora lo has vis– to. ;Cuidarlo parl otra vez, no! RESFRIADO complicado éon endurecimiento; reuma etc, ,' ,. Es en los Angeles donde está la enferma, pobre sin re- cursos. Una hijita de la enferma se allegó a mi y suplicante me dicr:., / . -Señor, venga a mi casa a dllr remed!os a mi m»mita que se está muriendo.' -Dónde vive? Está a cuatro cu8.dras de aquí, yo le acomp11fiq, -Voy luego; espere, un momento. _;.:.En camino; pfonto llegamos a la casa. y la enferma ea¡:ieraba con ansias a su hija, pues estaba sola, y al remedia– dor de sus males. La examino y procedo; .. los pies los tiene helados y el frío ya corre hasta las rodillas. En el sitio de la casa buscamos .orti. g3,s y sb de~irle nada a la enferma le ázofarnos los pies corr las ortigas ... ella al sentirlas, epcoge las piernas. como huyendo del fueg~. La hija q~e es forzuda y sa·b~_ el bien gue este re 1 .medio le va a hacer,. toma los pies y se los alarg't para com~