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39 .:..... 'Al caso recuerdo lo que oí al R. P. Tade0: « Yo no res. pondo de los enfermos qu~ están en los hoteles o pensio.. nes ... sólo respondo de los enfermos qcte están en el Sanato, río: ahí mando yo y gobierno la comida. El administrador que había en el Sanatorio de Río Bueno, · estaba a las órdenes del R. P. Tadeo ... éste le indicaba la1~ clases de alimento, que debía usar para esos enfermos y · loa que no debía usar. Cuando algún enferrno neúsitaba e1;pe• cialidad, el mismo Padre se los indicaba. Por lo 9emás los platos, eraü comunos para todos, pero guisados según .el sis- tema, sa~os y sabrosos. La comida era muy alimenticia y abundante, Seis, siete y hasta nueve platos. cEl pecado no está en .la aban@lancia, decía el Padre, sino en la mala prepa· ración y condimentación. Cada uno que coma eligiendo lo que más le gusta; Qe lo que se dá y si resiste todos los platos ... todos ,. Un dfa estaba yo ahnorzando en el Sanatodo y al servir el noveno plato el ádministrador dicen todos los comeneales: «No hay .para qué tantc. A los chilenos uos gmit1;1, sí, la bue- · na mesa, pero nos conformamos con seis o a lo men:os con sieté platoe/ pero no exigimos nueve como aquí nos dau., -Va sefíor administrador. desde mafí-ana suprima dos platos, dijeron' todos a una voz y a la vez. -Es el Padre Tadeo, .que me· manda que les dé bien de comer; indicó. el administrador. -Ya le diremos nosotros que nos perdone dos. platos siquiera. -De modo que no es la abundante comida la que hace , daño propiumente, sino ló almndante qe m!,l,la calidad y 1ual, condimentada,
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