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174 - Me presente en la b::itica del buque, pedí al boticario tres flores de manzariilla y la eche en una taza ~on agu!:l, caliente y un poco de miel. El mismo boticario lleva esta agua al enfermo. la toma le gustó y al acostarse tomó otra taza. Son las 8 P. M. pasó bién la noche el enfermo mareado y amaneció al día, sin mareo y con apetito. A las 9 A. M. ·· pos vemos en cubierta y me dá las gracias. por el remedio tan éficaz ..• deeapareció el mareo del todo. A las 11 P. M, Nos encontramos el a·octor y yo y me dice <<lo felicito, colega>> MAREO En otro viáje a la Iela de Pascua, Es un grumete de la misma Baquedano el mareado. El grumete mareado es de 16 afí.os: pero tiene aspecto de 12 complesión de niño. Sti mareo es profundo. No puede sostenerse de "pie lo pasa acostado sobre el pavimento de cubierta. No quiere camarote ni menos bode– ga. Busca aire; quiere luz y sosiego. Comer ni prueba bocado piensa en morir .. .lo desea. El doctor <le la Baquedano tiene la esperanza de que llegue vivo a la Isla ... ahí lo deja ... es de seguro se le muere en el buque si lo llevan a bordo por las parte que piensan navegar._ Yo trataba de mantenerlo vivo con las aguas de manza– nilla• .Aun estas las arrojaba, pero algo le,qaedaba en el estó– mago. Llflgo vivo a la Isla y ahi se quedo; al mes ya era otro. Se robusteció y engordó en seis meses.