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consideraciones quedaba por largo tiempo suspenso en profundo silencio. Otras veces era tanto el fervor de su espíritu, que la redundancia de él, no contento de adorar al niño Dios en su imagen, hacía que saliese de la sacristía con el incensario al presbiterio, y puesto de rodillas delante del Santísimo Sacramento, le ofrecía junto con el incienso, el de su oración con mil afectos de su abrasado corazón. Con estos devotos y amorosos ejercicios pasaba el P. Fr. Eugenio las más noches hasta que tocaban a maitines; y si bien su humildad los escondía a los demás en el retiro y silencio de la noche, no faltaron religiosos que curiosamente devotos, cautamente lo observaron y afirmaron como testigos de vista. Una vez le vio Fray Onofre de Calig, religioso lego de nuestra Orden, arrebatado en éxtasis sobre el altar de la enfermería de nuestro convento de Alicante, lamiendo las llagas de una imagen de Cristo que estaba en él, con tanto afecto como si realmente estuviera bebiendo la sangre preciosa de las fuentes del Salvador; pero obraba exteriormente lo que interiormente deseaba su alma. A estos tiernos y devotos afectos le movían las santas imágenes de Cristo nuestro Redentor. Que le haya Dios favorecido con algunas celestiales visiones, consta del proceso original que se hizo de su vida. Pasando una vez por la villa de Cabanes yendo a la visita, se hospedó en su casa la hermana Gavaldana, muy sierva de Dios y muy devota de los Capuchinos, que hospedando a todos los religiosos de nuestro Padre, a solos los nuestros recibía en su casa y ella por sí los servía; madre del que hoy es obispo de Segorbe , " 6 santa señora y verdadera madre de los Capuchinos. Era Francisco Gavaldá y Guasch (Cabanes 1589 - V alencia 1660). Eclesiástico. Ingresó en la Orden de los Jerónimos en 1608. Fue prior del monasterio de San M ig u e l de los Reyes de Valencia en dos ocasiones, así como de los de Sigüenza y Córdoba. Ejerció las cátedras de filo so fía y teología en los colegios de Sigüenza, Salamanca y Coim bra. E n 1645 fue nombrado V isitad o r General de C a stilla y tres años más tarde V isitad o r de la Corona de Aragón, alcanzando el generalato de su orden en 1661. E n 1652 fue designado obispo de Segorbe. Su episcopado estuvo caracterizado por continuos desacuerdos con el cabildo hasta la consecución de una concordia, ratificada por bula del papa Alejandro V E . E n 1660 convocó un sínodo diocesano del cual no queda constancia. C o n m otivo de desplazarse a V a lencia para asistir a la consagración del nuevo obispo de O rihuela, A ra cio 94
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