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experimentaba que las noticias que tenía de Dios y su sabiduría no era humana ni adquirida, sino celestial e infusa y aprendida entre los coros angélicos. El santo obispo de Orihuela don Andrés Balaguer, de la Orden de nuestro Padre santo Domingo, hizo el mismo concepto y la misma estimación del P. Fr. Eugenio la primera vez que le tuvo huésped en su palacio. Como veía que callaba tanto que no se le oía palabra sino preguntado, admirado dijo al P. Fr. Jerónimo de Valencia, predicador nuestro, que era su compañero: “¿Este hombre es Provincial de los Capuchinos?” (éralo entonces); como quien dice, que no le parecía para ello. Díjole entonces el P. Fr. Jerónimo: “Señor, mi P. Provincial habla poco; póngale V. S8. en una plática de espíritu o de letras, y descubrirá el fondo del suyo y de las suyas”. Buscó el señor obispo ocasión, y haciéndole algunas preguntas en materias de espíritu, quedó admirado de sus respuestas, descubriendo en ellas mucha profundidad y celestial sabiduría, y mudando de concepto conoció que debajo de aquel humilde silencio estaban cubiertos tesoros de celestial sabiduría. Y mientras estuvo en su casa le iba buscando para oírle, y llorando de gozo dijo después al compañero, que no había topado hasta entonces hombre que mayor satisfacción le diese que el P. Fr. Eugenio. “No es hombre de los de acá (decía), todo es del cielo”. El mismo Dios quiso calificar su doctrina por buena y al mismo P. Fr. Eugenio le señaló para maestro, alumbrado para guiar almas sin tropiezo en el camino espiritual de la perfección evangélica. Había predicado un día en la iglesia mayor de Valencia, y habíale oído la hermana Francisca López , 113 de la Tercera Orden, (mujer tenida en toda la ciudad por gran sierva de Dios, muy favorecida de su Majestad con celestiales favores, y en su muerte fue tenida y venerada por santa). No había visto otra vez al P. Fr. Eugenio, y aquel mismo día la dijo el Señor, apareciéndole en la oración: “Siempre que se te ofrecieren dudas en materias de espíritu, comunícalas con el predicador que has oído hoy, y dale crédito y haz lo que te dijere, que caminarás segura”. Francisca López (o Llopis). Ver nota 18. 82
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