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finalmente, en la rigurosa observancia de la pureza de la seráfica Regla y Estatutos generales enque erael primero en todo con su ejemplo. Con toda esta seráfica perfección fundó y edificó el espiritual edificio de esta Provincia, adquiriéndole nombre glorioso de santa entre las demás de la Orden, llegando con su cuidado a emparejar su santidad y gloria con la que tuvo la Orden en sus primeros y dorados siglos, cuando primero salió reformada al mundo. Toda esta gloria debe ella a Dios por haber echado en sus fundamentos esta primera piedra preciosa y dádole por su primer fundador al Padre Hilarión de Medinaceli que la fundase y edificase con su ejemplo; por su primer padre que la engendrase y diese su primer ser espiritual; por su primer maestro que con su doctrina la enseñase, y por su primer prelado para que con su cuidado y prudencia la gobernase. Aunque toca a las Provincias escribir las vidas de sus varones ilustres que murieron en ellas, y por esta razón toca a la de Aragón escribir la del Padre Fr. Hilarión de Medinaceli por haber muerto en ella siendo su Provincial, no será extraño cuidado, sino muy propio y debido, de la de Valencia, la escriba entre los suyos, pues fue suyo por tantos títulos que agradecida la obligan a hacer en sus crónicas memoria de su primer padre y fundador que la dio el ser, siendo su primer prelado y Comisario general seis años,102 su Maestro de novicios, su Guardián, su Definidor, su Custodio dos veces para el Capítulo General,103 y Provincial suyo; y que la tuvo tan singular afecto que la escogió para morir en ella, como se vio que después de muerto Provincial en la de Aragón, se le halló patente del M. R. P. General Fr. Jerónimo de Castelferretti para volverse a la de Valencia acabado su gobierno, para acabar en ella sus días. Estos son los títulos que nos obligan a escribir aquí su vida sucintamente y no más que en cifra, dejando a quien le toca, el escribirla más difusa, que solicitara mayores noticias de la suya, que con las mías sólo podrá hacer un compendio de ella. E s decir de 1596 a 1602. Serían los C apítulos Generales de 28 de mayo de 1599 y 24 de mayo de 1602. 59