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que salió elegido Clemente de Noto el 1 de junio de 1618, la instancia de que Castilla pasase de Comisariato a Provincia formal. La instancia del rey fue escuchada. El Padre General deputó al P. Dámaso de Castellar, Provincial de Cataluña, para que presidiera el Capítulo de Castilla, declarada Provincia, en el convento de El Pardo , el 30 de septiembre de 1618, para elegir al primer Provincial de ella. Y el primer Provincial fue el P. Bemardino de Quintanar. En estos últimos acontecimientos de Castilla, no se ve aparecer ya al P. Serafín de Polizzi; y no aparece ya, no sólo porque bastante agravado por sus achaques, sino porque, según lo que escriben los capuchinos españoles, parece que precisamente entonces cayó en desgracia del rey. Y cayó porque no aprobaba lo que quería el rey, es decir, que Castilla fuese elevada a Provincia. Tal vez, el P. Serafín escribió secretamente a Roma, exhortando a los superiores a no ceder a las instancias del monarca. Pero se olvidó el P. Serafín de que nil est occultum quod non revelabitur. Y el rey lo supo; y de ahí la desgracia del P. Serafín de Polizzi. En esto, sin embargo, creo yo que existe una exageración. Habrá sido solamente un enfriamiento del afecto y de la estima; habrán sido tal vez disensiones recompuestas prontamente. Porque de otra manera no se comprende cómo, según los demás historiadores, el rey haya ido dos veces a visitarlo personalmente durante su última enfermedad; y al partir para Alicante le haya dado la hermosa cantidad de mil monedas de oro. Y en cuanto a la participación del P. Serafín de Polizzi en el cónclave en el que resultó papa Paulo V, hay que saber que Felipe III de España se la tenía jurada al docto y santo cardenal César Baronio, porque en el volumen XI de sus Anales de historia eclesiástica había condenado y con toda la razón el llamado Tribunal espiritual de la monarquía de Sicilia. (Aspecto también del que tendré ocasión propicia para hablar de esta monarquía y hablaré en 1712). Felipe III era entonces también rey de Sicilia. El volumen XI de Baronio fue prohibido en todos los dominios españoles. Entonces Felipe III, para vengarse de Baronio, dicen algunos historiadores como Novaes, le puso 136