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nombre la iglesia del convento que se pretendía. Pidióselo muchas veces e hizo que se lo pidiera ioda esta Provincia, diciéndole cada día su responsorio. Y para que se viera favorecía el Santo sus ruegos, en el primer paso que se dio en este negocio, que fue el mismo día de la fiesta del Santo, dio el rey nuestro señor el sí para la fundación del nuevo convento en su Corte. Salieron al encuentro a estorbarla el mayor poder de la Corte y del infierno juntos; presentaron nuestros émulos los más poderosos y graves mil memoriales, por no Mamarlos libelos, en el Consejo contra los Capuchinos; y para que quedase del todo la puerta cenada, obligaron ai valido del Rey para que empeñase su palabra de que no fundarían los Capuchinos en Madrid mientras él viviese. Todos estos monstruos de dificultades insuperables se le ofrecieron que vencer al P. Fr. Serafín , y é! con su paciencia y confianza en Dios confiaba vencerlas todas. Cada día se le ofrecían mayores, y deshechas éstas salían otras de nuevo que vencer; iodos los caminos parece estaban del todo cerrados, e imposibilitado el buen despacho de este negocio; pero para que se viera que Dios y los santos de la Orden le favorecían, [el] día del señor san Buenaventura salió en nuestro favor el decreto del real Consejo, que era lo más dificultoso y lo que menos confianzas daba. Quedaba por vencer el monstruo de la mayor dificultad, que era ei empeño de la palabra del valido, que para que la suya estuviera en su fuerza, tomó el real decreto del Consejo y le tuvo cinco meses oculto; pero Dios, que había comenzado esta obra y la había proseguido, la quiso dejai- acabada de! todo, y con las instancias y ruegos continuos que le hacía el P. Fr. Serafín y a los santos de la Orden cuyo favor había ya experimentado, cuando menos se esperaba, se deshizo este monstruo al parecer invencible con mucha gloria del mismo valido, que con haberse mostrado hasta entonces adverso a la fundación, trazó Dios que sin ofensa del empeño de su palabra y con mucho gusto su 3 ' 0 , él mismo la solicitó; y día de san Diego se tomó la posesión y levantó la cruz el señor Nuncio de España en el Hospital de italianos, asistiendo las Majestades del rey Felipe ¡II y la reina dona Margarita de Austria, con que se dio principio al nuevo y primero convento de la Orden en Madrid. Y So que fise más admirable en esta fundación y en lo que más se manifestó la divina Providencia fiie que el 1 1 8
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