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Lector que la leyó en ella, y con su doctrina sacó grandes discípulos, grandes predicadores y lectores grandes que la enseñaron después; y con los unos y los otros ganó la Provincia grande opinión en el pulpito. Con ser estudiante el P. Fr. Serafín, que jamás estudió letras humanas ni divinas, no se ha visto otro prelado que las favoreciese más, ni otro que ayudase más a los que trabajaban con provecho en el estudio de ellas, ni que más honrase a los predicadores. Decía que en ellos mostraba al mundo su hermoso rostro y su seráfico espíritu la Religión. No había aún un año que gobernaba la Provincia, después que vino de Italia, cuando vino a visitarla el M. R. P. Fr. Jerónimo de Castellferretti, Ministro General de toda la Orden. Celebró Capítulo y fue en la segunda vez electo en Provincial el mismo P. Fr. Serafín. Había venido a España el M. R. P. General con intento de llegar a Ma drid a explorar la voluntad del rey nuestro señor para la fundación de un nuevo convento de la Orden en su Corte, que juzgaba necesario para los negocios que se ofrecen en ella tocantes a su jurisdicción. Hecho el Capítulo, se partió para Madrid y llevó consigo al P. Serafín.132Hizo la petición a su Majestad, y aunque le halló inclinado a ella, remitió a su real Consejo para que viese las conveniencias de esta pretensión. Como esto de ordinario se lleva a la larga, el P. Ministro General le dejó todo el cuidado de ella al P. Fr. Serafín y se pasó a visitar la Provincia de Aragón, nombrándole su Comisario General en caso que surtiese buen despacho el negocio que le dejaba encomendado, para que con la fundación del convento de Madrid diese principio a la nueva Provincia de Castilla. Bien vio el P. Fr. Serafín la tempestad de dificultades que se le habían de ofrecer en este arduo negocio; no lo fió todo de sus diligencias; puso en Dios todas sus confianzas, encomendándosele a El, cuya mayor gloria se pretendía. Tomó por abogado al señor san Antonio de Padua, de cuyo patrocinio se prometió cierto el despacho, y para obligarle más hizo voto de que si salía con él, dedicarle a su Acompañaron a Madrid a! P. Serafín de Polizzi, el P. Bernardino de Valencia, P. Tomás de Valencia y Fr. Vidal de Alzira. Llegaron a Madrid a primeros de junio de 1609. (ANTONIO DE ALICANTE, Parte primera de las Chronicas , 117-118). 117
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