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vivo, y con una fragancia muy suave; y dice ha hecho muchos milagros Dios con él en favor de los enfermos a quien se ha aplicado. Como tenía citado el Capítulo Provincial el P. Fr. Eugenio para el mes de octubre del año 1613,121 el P. Fr. Gregorio de Valls le celebró al mismo tiempo, por ser primer Definidor, como ordenan nuestras Constituciones, y fue el séptimo que se celebró en la Provincia. Fue en él electo en Ministro Provincial el mismo P. Fr. Gregorio de Valls. Después de escrita la vida del P. Fr. Eugenio de Oliva, vino a mis manos otro proceso original de él, en que hallé algunas cosas dignas de memoria, que no van en la que está ya escrita; y de las ya escritas, algunas circunstancias, que por faltarles están imperfectas. Y así, para perfecto cumplimiento de ella, me ha parecido hacer aquí una breve recopilación, que abrace las que no están escritas y las circunstancias de las que lo están. Los Padres de la Compañía del colegio de San Pablo de Valencia, dijeron a los nuestros por cosa muy singular de nuestro P. Fr. Eugenio, que la dijo el P. Roca, religioso no menos santo que docto, que poco que era muerto en su colegio de Gandía y que lo dijo antes de morir, para que lo dijeran a los Padres Capuchinos; y entre otras dijo de él dos cosas notables. La primera, que estando estudiando el P. Eugenio, siendo de diez y nueve años, gramática, fue su confesor hasta que tomó el hábito en la Observancia, y que teniendo esta edad, hizo con él una confesión general, y que no halló en la suya que en todo este tiempo hubiese cometido un pecado mortal, y que le halló tan virgen como el día que nació. La otra fue que desde niño le comunicó Dios el don de la contemplación, en que ya tenía raptos y éxtasis, en que quedaba fuera de sí mismo, sin advertir a este tiempo cualquier ruido que se hiciese cerca de él. Y se vio un día que estaba en oración de rodillas, y arrebatado en espíritu en dicho colegio de Gandía, se levantó una riña cerca de él, y con jugar sobre él las espadas tiradas, no hizo más movimiento que si estuviera muerto, y se tuvo por milagro con que le guardó Dios, según anduvieron sobre él las espadas. Aquí el cronista pone el año correcto de la celebración del Capítulo. 104