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6 4 A más de esto carece de las más oficinas necesarias para que podamos observar religiosamente nuestro instituto; y lo que más notable falta nos hace es un huerto en cuya cortedad está vinculada toda nuestra subsistencia con el trabajo de nuestras manos. Pero por divina providencia se nos ha socorrido esta necesidad porque la liberalidad de nuestro síndico D. Pedro Ugarte, nos ha hecho donación gratuita de un solar en el barrio de san Victorino, a la entrada de la Alameda, que hoy se está haciendo, el cual solar es bastante capaz no sólo para edificar iglesia y todas las viviendas y oficinas de comunidad, sino también para el huerto de nuestra subsistencia. Pero no pudiendo emprender esta obra sin el permiso de V. S. Il.ma, se nos hace forzoso ocurrir a su pastoral piedad; y yo en nombre de toda mi Religión suplico a V. S. lima se digne concedernos su licencia para que podamos edificar esta casa religiosa e iglesia y continuar en ella nuestras tareas y apostólico ministerio del pùlpito y confesonario; lo que cederá también en provecho y utilidad pública y mayor homato de la ciudad: y a más de esto, en beneficio espiritual de todo aquel barrio, pues siendo como es tan numeroso no tiene otra iglesia que la de san Victorino, ni más asistencia que la de su cura; lo que no acontece a los otros barrios en donde hay religiosos que distribuyan el pasto espiritual; y en conclusión cederá esto en mayor extensión del santo nombre de Dios y de su culto, en cuyos términos suplico rendidamente a V. S.ria Il.ma se sirva, dándome su santa bendición, concederme el permiso que solicito etc. II.mo Sr. D. V. S. Il.ma Fr. Félix de Gayanes, vice-procurador. * * * * [al margen] Decreto Santa Fe y septiembre 15 del 1780. En el supuesto de que los religiosos capuchinos de la Provincia de Valencia vinieron a esta ciudad, y se establecieron con real beneplácito en la casa nombrada de san Felipe, en que se han mantenido en virtud de real orden, fecha en Madrid a 27 de diciembre de 1777 destinados al ejercicio apostólico de las misiones, y en atención a ser notorio los inconvenientes de su permanencia en la referida casa y a que sin duda se considera útil al público de esta ciudad su establecimiento con casa peculiarmente destinada para su hospicio en el barrio de san Victorino, condescendemos por lo que toca a nuestras facultades y pastoral ministerio, en que pueda verificarse lo que se propone en este pedimento; para que con más comodidad se dediquen al servicio y alivio espiritual de los fieles y al desempeño de las misiones que su Majestad les ha confiado. Antonio, arzobispo de Santa Fe. Diego de Ugalde, secretario.