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1 5 DEL TIEMPO EN QUE EL PROVINCIAL DE ESTA NUESTRA PROVINCIA DE VALENCIA OBTUVO LA JURISDICCION Y GOBIERNO INMEDIATO SOBRE LA MISION QUE TIENE EN LA DE SANTA MARTA (Y DE UNA NUEVA MISION QUE SE ENVIO) [lo que está entre paréntesis se debe a una segunda mano] C A P I T U L O 6 Desde el año 1662, en que el R. P. Provincial de Andalucía fue nombrado Comisario general de todas las misiones que tenían las Provincias de capuchinos de España en la América, como consta de la cédula real expedida para este fin, -su fecha, 26 de octubre del dicho año arriba dicho-, nuestra Provincia, como las demás de España, enviaba sus misioneros, aquellos en número que pedía el dicho Comisario general; de tal suerte, que siempre que el Real Consejo disponía que partiesen para la misión respectiva de las Provincias aquellos religiosos que se necesitaban, se comunicaba este orden al respectivo Provincial por medio del R. P. Comisario general, el R. P. Provincial de Andalucía. Pero llegando el año 1774, el R. P. Fr. Andrés de Valldigna, actual Provincial de esta Provincia, recibió carta del Secretario del Consejo de Indias, llamado D. Miguel de San Martín Cueto, -su fecha, 18 de mayo del citado año 1774-, en la que se pedían 20 religiosos de esta Provincia, la cual carta vino directamente al dicho, el R. P. Provincial, cuyo tenor es el siguiente: "R.(mo) [lo que está entre paréntesis se debe a una mano posterior] P. En carta de 3 de octubre del año próximo pasado participa el reverendo obispo de Santa Marta, que habiendo el coronel ingeniero D. Antonio Arévalo logrado en virtud de disposiciones del virrey de Santa Fe la pacificación de los indios Guajiros, dejó este Prelado (cuando salió de la visita del Río de la Hacha) nombrados cinco curas que los instruyesen; que estando formando otros diecisiete pueblos, los trece de indios y los cuatro restantes de españoles, se le habían pedido diecisiete curas para ellos, y los nombró interinamente, sin embargo de la escasez de clérigos que hay en aquella diócesis, y de verse obligado a dejar las mayores poblaciones reducidas a los muy precisos, y echar mano de los capellanes de coro de la catedral, causándole la mayor aflicción la consideración de haber muchos prójimos a morir y pocos sujetos que quieran ordenarse, a [lo] que se agrega que la misión de religiosos capuchinos de esta Provincia de Valencia, que residen en la de Santa Marta, estaba reducida a solos tres idóneos, que no podían asistir bien a los pueblos que tienen a su cargo. En este supuesto, suplica se envíen 20 misioneros para destinarlos a las vacantes de curatos que ocurran, pues cree que en breve se quedarán algunos pueblos sin cura que los asista.

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