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baldosas medianas a setenta reales millar, y si son las más g randes a deu lliures m illar, y si son de la m arca de Sent Cristófol, a huit lliures millar. En 17 de ju lio celebró otro contrato con M iguel M artínez Palomar, yesero, de Valencia, para que llevase a la obra quinientos cahíces de cal, al precio de huit sous y dos dinés. En este m ismo día, y con el m ismo M iguel Martínez, celebró otro contrato para que llevase a la obra todo el yeso que fuese necesario, al precio de cuatro reales castellanos cahíz. No hemos v isto la escritura contrato de la madera invertida, que también supone una regular cantidad, así como otros muchísimos gastos que hacía el llustrísimo Señor Patriarca, hasta dejar la iglesia y convento perfectamen te term inados. Aprobados po r el Beato Juan de Ribera los planos de las futuras ed ificaciones del convento e iglesia; estipu ladas las cond iciones en que se habían de hacer las obras, el Santo Patriarca sólo pensaba en co locar solemnemente la primera piedra para que en seguida diesen com ienzo las obras. El co razón del Santo A rzobispo, siempre inflamado en el amor divino, ansiaba vivamente ver levantada aquella casa, que había de ser escuela de acrisoladas virtudes, y de donde había de resu ltar mucha gloria para Dios. Para que la ceremon ia religiosa revistiese solemnidad extraordinaria, invitó a todas las au to ­ ridades eclesiásticas y civiles, a la nobleza y al pueblo, designándose para celeb rar este acon te­ cim ien to el d ía 7 de marzo de 1597. Como en el acta notarial que con tal motivo se levanto se hace la descripción del festejo, cop iam os a con tinuación aquel documento, que juzgam os de gran interés para la historia del Beato. Dice así: «Die VII mensis Martiianno a Nat. dni. MDLXXXXVII». «Cunctis Pateat cui detur e tfit notum qt.Anno a nativitate Domini Millessimo quingentésimo 5 7