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¿La Historia?. La Historia es como las señales indicadoras de las carreteras. ¿Qué saben ellas del amor, del do lor de los que han pasado?. Las historias de cada convento, estas que se archivan en los anaqueles, no saben ni pueden decir nada o muy poco de la vida, m ientras el lector no engarce su corazón con los que la protagon izaron . Y eso es lo que queremos advertir antes de que se lean estas hum ildes páginas. Que volvamos a vivir, a resucitar y actualizar el espíritu -el espíritu es el que v iv ifica, (Jn 6,64)- de nuestros antepasados. Las conmemoraciones suelen ir acompañadas de una carga emocional y efectiva, que es la que, en realidad, da motivo a las efemérides que se recuerdan. En nuestro caso de celeb rar el Cuarto Cen tenario de la Fundación de la Provincia Capuchina de Valencia, la conmemoración no term ina -no debe term inar- ahí, es algo más. O mucho más. Es un revivir, un reg resar a internarse en el espíritu recio y en el ambiente creado por nuestros primeros frailes. Los conven­ tos son el marco de su presencia y de un testimonio cristiano y franciscano vivido en toda su pureza. Uno diría que una presencia m isteriosa ronda todavía por aquellos lugares, desab itados ya, la mayoría de las veces, por causas políticas o sociales, ajenas a los frailes. Pero ahí, en los prim itivos conventos están nuestras raíces y en ellos se ha conso lidado nuestra presencia en estas tierras y en el alma de sus gentes. No es posible, dadas las características de estas narraciones, elaborar un trabajo de d im ensio ­ nes excesivas en lo que se refiere a los diez y nueve conventos que, en los p rim eros siglos (ss. XVI y XVIII) formaron nuestra Provincia Valentina. Con todo, algunos de ellos m erecerán un estud io más detenido, bien por su precedencia histórica, o por su carga efectiva entre nosotros.