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hacer aquí en España lo que ya venía haciendo en Francia el P. Chémery. En consecuencia, tan pronto llegué a Orihuela le escribí al mencionado padre pidiéndole instrucciones para difundir esta devoción de las Tres Avemarias. El, ni tardo ni perezoso, me contestó dándome las instruc­ ciones pedidas, que traté de llevar a cabo inmediatamente. N o es necesario decirle que se trope­ zó con grandes dificultades en los principios, pero con el auxilio de la Santísima Virgen, a quien encomendamos la obra, se pudieron superar y quedó inaugurado el centro de propaganda de las Tres Avemarias en nuestro Convento de Capuchinos de Orihuela. Con este motivo se com en zó a publicar una hoja doble mensual con el título de Las Tres Avemarias , cuyo primer número se editó en el mes de enero de 1912». «Cuando fui trasladado a Totana quedó establecido allí el centro de propaganda hasta el año 1936, en que estalló la Guerra Civil en España. En Totana, y a principios del año 1913, fue donde se fundó la revista que divulga por todas partes la devoción a la Virgen bajo el título de EL PROPAGADOR DE LAS TRES AVEM AR IAS ». - Supongo que todo lo concerniente a la devoción de las Tres Avemarias propagada por los Capuchinos, tendría mucha aceptación en España... - «N o só lo en España, sino también en los países de habla española. Todo lo que le pueda decir acerca de esto es p o co . A l so lo anuncio de la revista, apenas publicado su primer número, fueron en aumento rápido y extraordinario las suscripciones, cosa que continuó en años sucesi­ vos. N o es posible calcular el número de estampas y medallas hechas con la e fig ie de la Virgen de las Tres Avemarias. C om o dato curioso basta que le diga que aún antes de la Guerra de L iberación se editaron unos diez millones de ejemplares de la Novena de las TresAvemarias». La Revista «EL PROPAGADOR DE LAS TRES AVEM AR IA S » de la que fue fundador, c om o sabemos, el P. Fidel, ha seguido publicándose en Valencia hasta nuestros días, y sigue... Probablemente, la verdadera causa de su, hasta este momento, vitalidad y existencia no esté en el afán de los Directores com o causa única, sino porque, al margen de los aciertos o deficiencias posibles, sea la misma Santísima Virgen la que quiera servirse de la humildad de este medio

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