BCCCAP00000000000000000000157

incluso con el voto de defender, aún a costa de la vida, este privilegio mariano. Nuestra Provincia -ya lo apuntamos anteriormente- la proclamó Patrona en 1642. Y en 1656 elevaba Sumo Pontífice la súplica a favor de la Definición Dogmática de este ministerio. En lo que se refiere al culto a Nuestra Señora, desde mediados del siglo X V I I , se fue exten­ diendo la costumbre, que más tarde recogen los C E R EM O N IA L E S de las distintas Provincias, de celebrar todos los sábados, si las rúbricas lo permitían, la Misa votiva de la Inmaculada en forma solemne, con asistencia de toda la comunidad. Hasta épocas muy recientes se hizo gene­ ral el canto de la « S A L V E » y de los «GOZOS»: «...Del gran serafín Llagado sus hijos siempre han tenido por honra haber defendido este «punto inmaculado». ...Cada sábado ante el altar de la Purísima, al que se dirigían todos los frailes procesionalmente. E l recuerdo de Nuestra Señora estaba presente en todas partes, comenzando desde la misma portería conventual: Poco cristiano sería el que a estapuerta llegara y por vergüenza dejara de decir: Ave María. Ymenos aquel que, oyendo estapalabra de vida, no respondiera diciendo: Sinpecado concebida. Naturalmente, la imaginería de la Virgen -Inmaculada, Pastora, Tres Avemarias- con indepen­ dencia de otras advocaciones muy presentes en nuestra Provincia, ha presidido los altares de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz