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La formación religioso-intelectual ha estado constituida por tres grados perfectamente dife­ renciados -SEM IN A R IO S E R A F IC O , C O L EG IO D E F ILO SO F IA Y C O L E G IO D E T E O L O ­ G IA - aunque no todos tuvieron su implantación en nuestra Provincia al mismo tiempo. En épo­ cas relativamente próximas, el S EM IN A R IO S E R A F IC O surgió como una base inicial prepara­ toria a los estudios superiores de F ILO SO F IA Y T EO LO G IA y de las Ciencias complementarias de estas dos grandes disciplinas. Respecto a la primera etapa -SEM INAR IO - vemos en la Autobiografía del Venerable P. Lu is de Massamagrell (N.° 138 y 139), que, ya con anterioridad al año 1893, en que se estableció el Seminario Seráfico en Ollería, ya funcionaba este centro en el Convento de Orihuela. Este siste­ ma de preparación intelectual inicial tuvo vigencia, con las intermitencias que imponían las circunstancias políticas y sociales de la nación, hasta el «curso» 1973, teniendo como último centro el Colegio de Massamagrell. En lo referente a los estudios de F ILO SO F IA Y T E O LO G IA , a los cincuenta años de la fundación de la Provincia, ya se tenían bien organizados para la enseñanza sistemática de todas las disciplinas de la carrera eclesiástica, según exigían los Cánones de la época. No todos los clérigos eran admitidos al «curso» normal de F ILO S O F IA Y T E O LO G IA . Para quienes no ofrecían suficientes garantías para completar con éxito los siete años -tres de Filoso­ fía y cuatro de Teología- que constituían estos estudios, se les organizaba un «curso» especial de M O R A L práctica, suficiente para quienes aspiraban a ordenarse sacerdotes, sin más. Se da un hecho curioso -hoy día incomprensible- en relación con los estudios superiores, consistente en que cada «curso» cambiaba de residencia -convento- según cambiaba el respecti­ vo «lector». La elección del personal docente no se basaba en los títulos académicos de los llamados a este menester. Sin embargo se daba, lógicamente, gran importancia a la bondad y religiosidad de quienes habían de ocupar cátedras de Filosofía o Teología.