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L I D E R E S - F R U T O S D E S A N T I D A D - M A R T I R E S A l hablar de « L ID E R E S » no nos referimos en ningún momento al concepto de caudillaje que pueda tener en el sentido social de la palabra. Podría interpretarse de forma parecida a la palabra «SU P E R IO R » que no indica una superioridad, una superposición privilegiada respecto a los demás. Tomamos sencillamente esta palabra en su estricto sentido etimológico de « L E A D E R » que significa «G U IA » . Los que han iniciado y trazado una línea de conducta en el modo de v iv ir Capuchino en sus formas y en su espiritualidad. Hemos tratado, al llegar a este punto de nuestros relatos, escueta pero suficientemente, de muchos de los que han hecho posible la presencia Capuchina en nuestra Provincia. Lo mismo podemos decir de los numerosos «frutos de santidad». No podemos ni debemos inmiscuirnos en calibrar calidades de santos. «Sólo Dios es Juez». Pero tampoco nos resignamos a convertir estos relatos en «anónimos», por cuanto nuestra Historia se la debemos precisamente a unos hombres, E llos son y han hecho la Historia. Si nombramos a un puñado de ellos, es en forma meramente representativa y testimonial. Afortunadamente para nuestra Provincia Capuchina de la Preciosísima Sangre de Cristo, de Valencia, no sólo en «unos cuantos», sino en un enorme porcentaje de ellos, la Orden Capuchi­ na se ha cubierto de gloria en estos cuatro siglos que conmemoramos. En páginas anteriores hemos precisado cual ha sido la importancia de San Juan de Ribera y del Beato Nicolás Factor para iniciar y afianzar la Orden en lo que ahora forma la Provincia de Valencia. 2 1 9