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LA T ER C E R A O R D EN DE SAN FRAN C ISCO En frase llena de devoción y de respeto se le ha venido llamando a esta auténtica Orden Franciscana «LA VENERABLE ORDENTERCERA DE SAN FRANCISCO DEASIS». No es una asociación piadosa para el culto a San Francisco, al modo de tantas que proliferan en la Iglesia. Modernamente se ha reconocido y revalorizado su carácter de verdadera Orden Seglar, como efectivamente estuvo en el ánimo del Seráfico Padre, su fundador. En el capítulo XV de «LAS FLORECILLAS», después de que, por consejo de Santa Clara y de Fray Silvestre, decidiera dedicarse a la predicación, se dice textualmente: «...y tomando por compañeros a Fray Maseo y a FrayAngel, hombres santos, marcharon a impulsos del Espíritu, sin escoger camino ni senda, y al llegar a un pueblo que se llama Cannara se pudo el santo a predicar... y habló allí con tanto fervor, que todos los hombres y mujeres, movidos de devoción, querían abandonar el pueblo y marcharse con él. San Francisco no se lo permitió, sino que les dijo: -No tengáis prisa ni os marchéis y yo dispondré lo que debéis hacer para la salvación de vuestras almas. Y ENTONCES PENSO FUNDAR LA TERCERA ORDEN PARA SALVA­ CION DE TODOS». Nuestra Orden Capuchina, heredera del espíritu de San Francisco, ha comprendido y asumi­ do este apostolado de erigir y fomentar las Hermandades de la TERCERA ORDEN como la forma más eficaz, sinduda, de hacerpenetrarymantenerel espíritudel Evangelio en los pueblos y de reformar las costumbres individuales y sociales. Esta forma netamente franciscana de apos­ tolado y el derecho que nos asistía de llevarlaa cabo, fue, enalgún tiempo, fuertemente obstacu­ lizada por alguna otra familia religiosa, pero brillantemente reivindicada. El P. Juan Bautista de Murcia publicó un Manual muy completo, titulado: -«Luz seráfica de la Venerable Orden Tercera» (Valencia, 1718), que fue traducida al alemán en 1734 y 1751. Erigidas a lo largo del siglo XVIII en casi todos los templos conventuales Capuchinos, estas Ordenes Terceras, fueron las que mantuvieron, aunque latente, la vida franciscano-capuchina durante los años de la supresión de las Ordenes religiosas en el siguiente siglo. Uno de los grandes renovadores y promotores de laTerceraOrden ennuestraProvincia fue, el Venerable Padre Luis de Massamagrell. Con verdadera satisfacción traemos a estas páginas el relato, escrito por él mismo en suAutobiografía:

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