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LAS M IS IO N E S PO PU LAR E S Hanestado condicionadas encuanto asuexistencia según las distintas épocas y las sacudidas políticas aque se vio sometida lanación y, concretamente, nuestra región valenciana. La Guerra de Sucesión (1701-1715) y, seguidamente el cambio social originario con la llegada de los Borbones. La reacción producida un siglo más tarde -1814, enque FernandoVil dio undecreto para que en todos los pueblos de la monarquía se hicieran misiones para reformar las costum­ bres-. La exclaustración de 1835 que paralizaba 257 años de apostolado Capuchino. Y otro siglo después -como unciclo maldito- con laproclamación de la República, laGuerra Civil (1936), y de nuevo, lavigorosa reacciónmisionera, al final de lacontienda. Es de notarel hecho de que en esta última época la predicación Capuchina conoció durante largos decenios un auge y un es­ plendor sinprecedentes. Se dio el hecho de que nuestros predicadores, junto con Capuchinos de otras circuscripciones, participaranenMISIONES GENERALES en las principales capitales de la nación. En el intento de enumerar elogiosamente a cuantos sembraron la palabra evangélica, nos vemos en la imposibilidad de llevarlo a cabo, no porque no quede constancia de bastantes de ellos, sino porque han sido muchos más los que, sindejar otra constancia que lade un fruto que, eso sí, permanece, no figura el relato de su ánimo esforzado o de la sencillez y vigor de su predicación. Sus nombres están escritos en el «Libro de laVida». Con todo, y como documento testimonial y representativo, debemos citar al P. Melchor de Orihuela. (+1604), P. Eugenio de Oliva, gran amigo del PatriarcaJuande Ribera (+1613), P. Ignacio de Monzón, de los primeros destinados para la fundación de nuestra Provincia (+1614). Más tarde -siglos XVII y XVIII- al P. Buenaventura de San Mateo (+1667), P. Mauro de Valencia (+1637), P. Lorenzo deAlican­ te (+1659), P. Cirilo de Alicante (+1688) y el P. Juan Bautista de Murcia (+1746) que publicó numerosos libros de sermones. En época relativamente reciente basten nombres como el del P. Fidel de Alzira (+1921), P. Gonzalo de Benejama (+1946), P. Salvador de Rafelbuñol (+1960)... 193