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abandonar Monóvar. A pesarde las insidias y lasmil dificultades sufridaspor los Capuchinos, el pueblodeMonóvar se propuso a toda costa volver a tener a los frailes consigo. Muchas gestiones tuvieron que llevarse a cabo y tratarcon muchas personas influyentes. Al cabo nada menos que doce años, la licencia de fundación se despachaba enMadrid el 21 dejunio de 1742, y autorizada enValencia el 3 de julio de ese mismo año, no sin antes haber obtenido los permisos del Obispado y del párroco del lugar. El Duque de Híjar dio para la fundación interina varias casas situadas extramuros de la villa, en el arrabal que está situado junto a la carretera real de Madrid, para que allí se establecieran temporalmente los frailes. Cuando todoestuvopreparado, secomisionóal P. Rafael deTorreblanca, actual Guardián del Convento de «La Magdalena» de Massamagrell, quien dio posesión como presidente al P. Ignacio de Chulilla con una comunidad de catorce frailes. Era el 29 de julio de 1742. Al año siguiente, el mismo Duque de Híjar Ies eligió lugar para la fundación definitiva, con terreno suficiente para convento, iglesia y huerto. El día 12 de octubre de 1743, siendo Provin­ cial el P. Francisco de Vinaroz, se procedió a la bendición y colocación de la primera piedra. Comenzaron las obras con lacolaboración del pueblo, pero el convento no pudo estar completa­ mente terminado hasta 1756, en que los frailes se trasladaron desde su antiguo Hospicio. Por estas fechas presidía la Provincia el P. Isidoro de Valencia. Del templo conventual de Monóvar muy poco han querido decir los cronistas de la Orden - tampoco el P. José de Alicante, que dio abundantes noticias acerca de la fundación-. Tal vez como protesta -apunta el P. Eugenio deValencia- por las dimensiones y grandiosidad de la obra, que «en nada se parecía a nuestras pequeñas y humildes iglesias». Las obras de este templo tardaron en completarse ocho años. Un hecho significativo de la magnificancia del templo conventual, para la mentalidad de aquella época, nos lo da la visita canónica que realizó el P. General de la Orden, P. Pablo de Colindres. El P. General se 159

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