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fundado convento los Capuchinos, acudían averlo y se daban el parabiénde volver a tenerlos de nuevo. Enterado el Marqués del éxito de la fundación, envió cartas a los pueblos y villas de su señorío paraque prefirieran el ministerio y lapredicación de los frailes y les socorrieran con sus limosnas. Por su parte, envío doscientos ducados para comprar el solar de la nueva iglesia y convento, cantidad que se repitiómuchas veces a fin de costear totalmente las obras. Asimismo, el Ayuntamiento ofreció 50 pesos anuales, a la perpetuidad, para ayuda de la comunidad. No tardaron los émulos de los Capuchinos en enterarse de la presencia de los mismos en Callosa. Los Recoletos de Benisa y Alcoi, los Descalzos de Pego y otros acudieron a la Real Audiencia, al Consejo de Castilla, a la Curia Eclesiástica... pero inútilmente, tanto porque los callosinos tenían por muy necesaria y querida lapresencia de nuestros frailes y así lo manifes­ taroncuantas veces se personaron en laVilla los distintos visitadores de los estamentos eclesiás­ ticos y civiles, cuanto, sobre todo por ladecidida y briosa defensa que el mismo Marqués hizo de los Capuchinos ante todas sus autoridades de lanacióny del reinoy ante los mismoAlcantarinos, a quienes despachó de forma tajante de su presencia. A partir de la presencia de los Capuchinos en Callosa, se comenzó a proyectar lo que habría de ser en realidad unconvento con su correspondiente templo conventual. Hechas las pertinen­ tes diligencias, con la colaboración personal del Marqués de Aytona, quien, además, en el año del comienzo de las obras, -1721- perdonó a los habitantes de la población los censos que le pertenecían, para que, con ellos, ayudaran a la construcción, se iniciaron éstas, a las que se dio gran impulso, y a los dos años de iniciadas -1723- el convento quedaba terminado. En el año 1725, el 12 de octubre, se bendijo y colocó laprimera piedra del templo. Se trabajó sin interrupciónen suobray enel año 1727 quedódefinitivamente concluida. Este templo de los Capuchinos de Callosa es una copia del de la Sangre de Cristo, de Valencia. Se bendijo y se trasladó a él el Santísimo el día 17 de julio de este mismo año de 1727. Antes de concluir la narración de estas notas, queremos hacer referencia y homenaje a la 153