BCCCAP00000000000000000000157
Aceptada lapeticióny obtenidos los correspondientes permisos, fue enviado para tomarpose sión de la residencia el P. Mateo de Valencia y el P. Pascual de Valencia, con una carta de favor del Vicario General de ladiócesis manifestando al clero de lapoblación, los motivos de laausen cia durantemás de unsiglo y el granprovecho para los fieles en las actuales circunstancias en su regreso. La carta, redactadaenunos términos muy afectuosos para los frailes, está fechada en 27 de febrero de 1716, firmada por José Ortí, Vicario General. Llegados que fueron los dos religiosos, fueronmuy bien recibidos por elAyuntamiento, clero y pueblo. Se designó para su residencia la ermita de Nuestra Señora de Gracia, Patrona de la Villa, distante de ésta una legua. Los frailes habitaron las dependencias anejas a la ermita y levantaron un altar para la celebración de la Eucaristía, ya que la misma ermita no era de su pertenencia. Desde allí se dedicaron al ministerio parroquial y a visitar y asistir a los enfermos. La ermita de Nuestra Señora de Gracia fue, pues, el segundo lugar de residencia de los Capu chinos en Biar. Difícil es que la humildad sea tomada y valorada en su auténtico sentido y no tenga por oposición la intolerancia o el abuso de poder. Nuestros antiguos padres tuvieron que añadir coraje a su mansedumbre en esta y enmúltiples ocasiones, a fin de dejar consolidada la presen cia de la Orden. Esta oposición -calificada por el antiguo cronista de «furiosa», vino de los Alcantarinos residentes enVillena, ayudados por sus hermanos deValencia. A fin de desalojar a los Capuchinos de Biar, acudieron a la Real Audiencia de Valencia, al Consejo de Castilla, al Ayuntamiento de Biar, «que no les prestó ninguna atención», así como al Vicario General, que defendió a nuestros frailes; exhibieron fraudulentamente Bulas de los Papas... Perdido al fin el pleito, los Alcantarinos, por un decreto real de 14 dejulio de 1717 se concedió definitivamente a los Capuchinos auto de posesión y de permanencia en la residencia de Biar para ejercer el ministerio sacerdotal y asistir a los enfermos. Había durado este absurdo pleito dos años. Los frailes permanecieron así en la ermita de Nuestra Señora de Gracia, hasta el año 1720.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz