BCCCAP00000000000000000000157
C O N V E N T O D E B I A R Biar ha aceptado siempre con excelente voluntad a los Capuchinos, y, en circunstancias difí ciles -la más tensa por causa de un pleito interpuesto por los Alcantarinos- ha sabido defender el nombre y la presencia de los Capuchinos en esta villa. Aunque la permanencia de nuestra Orden aquí ha tenido tres asentamientos distintos en otras tantas ocasiones a lo largo del tiempo, estos cambios -algunos de ellos con la ausencia de un siglo- han sido siempre por circunstancias razonables, sin mengua del afecto de sus gentes. La Villa alicantina de Biar está situada en el valle de su mismo nombre, terreno montañoso y de castillos, no lejos de la población de Villena. Es de justicia hacer notar que Biar fue, en los albores de la presencia capuchina en los Reinos de Valencia, una de las bases en que se afianzó la creación de la Provincia. En estricta realidad, Biar acogió a los Capuchinos en el año 1598, como veremos en la relación de su primera venida a esta villa. La necesidad urgente de reunir cierto número de conventos para formar Provincia, obligó al P. Hilarión de Medinaceli a fundar allí donde tuvo ocasión, sin reparar en otras cualesquiera cir cunstancias. Sabemos que, ante el recurso de los émulos de los Capuchinos al Rey Felipe II, pidiendo que no permitiera la instalación de los mismos en el Reino de Valencia, el Rey envió cartas al Virrey ordenándole que, si los Capuchinos no tenían suficiente número de conventos para formar Provincia, no permitiera su fundación. Dado que el establecimiento de nuestra Orden era empeño personal del Santo Patriarca y Arzobispo Juan de Ribera, éste que confidencialmente sabía la disposición del Rey, dio prisa al Comisionado Padre Hilarión para que hiciese cuantas fundaciones pudiese lo antes posible. Por ésto se ve que las primeras fundaciones fueron ermitas, extramuros de las villas o ciudades, tal es el caso precisamente de los primeros asentamientos Capuchinos. 145
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz