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villa, como lo manifestó poniendo pleito a la Cofradía para impedir que sus cofrades salieran a la calle rezando y cantando el Rosario".Se citó al guardián, P. José de Nules, a la presencia del Vicario Mayor y de los representantes del clero; se enviaron cartas por parte de los Clavarios al Obispo; se invocaron las facultades concedidas por el Papa Clemente XIII, todo ello entre un forcejeo sin sentido, y, finalmente, el Obispo impuso silencio a su clero, y la Cofradía siguió festejando a la Virgen como siempre, con esplendorosa vida de piedad, hasta el año 1835. En medio de estos enojosos contratiempos y de otros graves padecimientos a lo largo del primer tercio del fatídico siglo XIX, se produce aquí un curiosísimo hecho que parece extraído de la más clásica picaresca española: Había en Castellón un Asilo, llamado «Casa de niños de San Vicente», regida por un clérigo de nombre José Breva. Corría el año 1792... Falto de recur sos para sostener aquella institución, y viendo el éxito de los limoneros Capuchinos, no se le ocurrió otra cosa que disfrazar de fraile a uno de sus criados. No debió de irle mal la treta, ya que, no obstante las reiteradas protestas del P. Guardián de los Capuchinos, P. Rafael de Elche, persistía el referido clérigo en mantener a su improvisado «fraile» limonero. La intervención del Obispo, D. Mariano Salinas, hizo que desistiera de usar semejantes artimañas para mantener el asilo. El Convento de Castellón, desde mediados del siglo XVII siempre estuvo dedicado a estu dios. La primera noticia que encontramos al respecto data del 7 de octubre de 1670, en que se inició con nueve estudiantes. En 1735 fue destinado a «Seminario de Coristas». Llamábase así al estudio que cursaban los recién profesos. En 1760 se destinó este convento a Estudio de Filosofía, y en 1773 a Teología. Funcionó este Centro de Estudios hasta el año 1835, con una regularidad relativa, sobre todo en los últimos años, debido a las anormales circunstancias políticas de la nación. La Comunidad se surtía de la cuestación de los hermanos limosneros en 35 pueblos, ubicados en su mayoría, en la parte norte de la actual provincia civil de Castellón. La distribución de las áreas para la limosna, de este y de los demás conventos la hizo, siendo Provincial, el P. Francisco 111
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