BCCCAP00000000000000000000157

Al ceder la epidemia, la vida de los frailes transcurrió normalmente; pero en el año 1675 - crítico para la comunidad- el Capítulo Provincial pensó cederlo para Hospicio; pero ante el ofrecimiento del P. Nicolás de Borriol de hacerse cargo del convento con una nueva comunidad, a partir de entonces todavía permanecieron los Capuchinos enAlzira durante siglo y medio, con las intermitencias que conocemos del Liberalismo, etc. hasta la Exclaustración. A raíz de la derrota de Almansa -25 de abril de 1707- habiendo sido la región valenciana partidaria del derrotado Archiduque Carlos, los Capuchinos fueron considerados contrarios al régimen y toda la comunidad fue arrestada haciéndole sufrir mil humillaciones y privándola de lo necesario para subsistir, hasta límites realmente angustiosos. Tras la barbarie de la invasión napoleónica, la comunidad de este convento, como las de los citados de Massamagrell, Albaida, Ontinyent, Ollería, más los de Xátiva, Castellón, San Mateo, Jérica y Alberic, fueron suprimidos por las tristemente conocidas Cortes de Cádiz. Solamente se permitió la reapertura del Convento de Valencia para la vida comunitaria, con la condición de vestir de seglar. El Convento de Alzira no sólo fue requisado, sino también la totalidad de sus pertenencias, obligando a su guardián, P. Marcos de Las Cuevas, a inventariar los cuadros, cálices, etc. tras lo cual fueron sacados del convento. Durante el reinado de Fernando VII por dos veces fueron cerrados los conventos y por otras dos vueltos a abrir. No hace falta ser muy sagaz para percatarse de las tensiones, las incomodida­ des, las humillaciones y las fluctuaciones de los frailes más «débiles», en unos tiempos en que, con todo, no eran más que el principio del fin con la Exclaustración. Cuando, en una última etapa, los frailes de este y de otros lugares pudieron regresar, las comunidades estaban ya muy mermadas. Poco duró su presencia. Con la Desamortización, este Convento se clausuró y se abandonó definitivamente. 102