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ACTIVIDADES MINISTERIALES LOS AÑOS 1727-1746 67 lo era ya en 1725 y que con sus compañeros recorría por estos años misionando numerosos pueblos de Logroño. En 1736 gozaba además dicho título el P. Juan de Soria, residente en el convento de Valladolid (6), e igualmente en los comienzos de 1738 el P. Jacinto de Toledo (7); en 24 de enero de 1738 se concedía idéntica distinción al P. Pablo de Tuy, que formaba parte de la comunidad de Villarrubia (8). A los cuales es preciso añadir los nom­ bres de los PP. Felipe de Salamanca y Félix de Bustarviejo, de quien afirma Fr. Gil de Villalón que continuamente estaba predicando mi­ siones (9). 2. Ya desde principios de este siglo el apostolado del confesonario vino a formar parte preponderante de la actividad de los Padres de Castilla juntamente con la predicación. No obstante que se seguía en esto la mismas restricciones legislativas, sin embargo, se nota en los Provinciales una gran amplitud en conceder licencias de confesar segla­ res a todos aquellos que hubiesen terminado sus estudios y pasado después el tiempo acostumbrado. Es verdad que, como dijimos de los predicadores, tampoco se seña­ lan normas concretas a que los confesores deban atenerse, pero sí se llama la atención con mucha frecuencia en las ordenaciones sobre el fiel cumplimiento de sus deberes, a fin de que los seglares fuesen atendidos debidamente en el confesonario. Y sobre todo son muy apremiantes las llamadas en orden a la preparación para el digno desempeño de su ministerio y de cómo debían continuar siempre el estudio de la moral. Respecto de todo eso, la provincia de Castilla siguió lo prescrito por el Padre General, Agustín de Tissana, para toda la Orden, es decir, que ninguno fuese admitido a oír confesiones, sobre todo de seglares, «sin previo riguroso examen, y obsérvense inviolablemente las ordenaciones otras veces hechas de que en todas las provincias haya uno o más estu­ dios de moral, en que los estudiantes se ejerciten por tres años y, con­ cluidos, estudien todos casos de conciencia, y donde se acostumbra tener las conferencias morales, cuiden los superiores de promover tan loable costumbre» (10). ( 6 ) Residiendo de misionero en Valladolid publicó este librito: Constituciones de la Escuela de Cristo. Augmentadas y puestas en método fácil para la práctica de los pueblos, Valladolid, 1736, 50 pp. (7) Para este Padre pidió el Nuncio al Papa (22 febrero 1738) la gracia de poder vestir el hábito secular hasta la muerte de su madre, que era viuda y nece­ sitada, lo que le fue concedido (24 marzo 1738) (Arch. Vat., Ñunziatura di Spagna, volumen 243, ff. 72-74v.). ( 8 ) VA, 228. (9) G il de V illalón , O. F. M. Cap., Nuevo tesoro de medicina, I, Madrid 1731, 339. (10) Ordenaciones generales hechas por el M. R. P. Agustín de Tissana, Minis­ tro General de los Frailes Menores Capuchinos con parecer y consentimiento de los RR. PP. Definidores Generales congregados en el Capítulo General celebrado en Roma el día 2 de junio de 1702 (APC, 5/6).

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