BCCCAP00000000000000000000156

pudiesen asistir y argumentar. Además de las conferencias morales de los domingos, se tendría del mismo modo todos los jueves una confe­ rencia o cuestión expositiva de la Sagrada Escritura, al menos en el seminario de La Paciencia y en las casas de estudio; en ella se seguiría idéntico método que en las de moral. Urge especialmente que el cargo de Lector se provea en adelante tras rigurosa oposición. Finalmente, se ordena hubiese en cada convento un bibliotecario señalado expresa­ mente; sin su permiso no podría sacarse libro alguno de la librería. Termina llamando la atención de los religiosos acerca de la observancia regular, sobre todo respecto a la asistencia a maitines y oración, sin admitir pretextos de confesiones ni predicación, y renueva la prohibi­ ción de aceptar títulos sin permiso de los superiores (6). Respecto a la provisión de lectorías, se ha de advertir que en algu­ nas provincias se hacía ya antes por rigurosa oposición. Así se acos­ tumbraba, por ejemplo, en Andalucía, desde principio de siglo, des­ pués que el Capítulo provincial del 18 de enero de 1704 acordó se diesen las cátedras por oposición, con puntos de veinticuatro horas ( 7 ). No existía eso en Castilla. Por lo mismo, el P. Provincial concreta ahora tal determinación, mandando que cada opositor debía tener tres lecciones públicas: una de Lógica, otra de Filosofía y una tercera de Teología, la cual se leería por San Buenaventura. A tales oposiciones sólo podrían concurrir los estudiantes del curso más antiguo, o sea, aquellos que, siendo ya sacerdotes, terminaban aquel año sus estu­ dios (8). Siguiendo esas normas, en adelante el cargo de Lector se proveyó por oposición, y así, en agosto del mismo año 1739 , fueron convocados a hacerlas no obligatoria sino voluntariamente, los del curso más anti­ guo, presentándose sólo el P. Matías de Serradilla ( 9 ). Durante el primer año y medio que el P. Salamanca gobernó la provincia se solicitaron y aprobaron dos nuevas fundaciones: una en Rueda (Valladolid) y otra en Cantalapiedra (Salamanca). De ambas hablaremos en otra parte. A su regreso del Capítulo general, celebró el P. Provincial la Con­ gregación intermedia el 18 de noviembre de 1740 . En esta ocasión insistió en lo ordenado anteriormente y volvió a llamar la atención de los superiores locales, haciéndoles responsables de las inobservancias y de la relajación que se iba introduciendo. Vuelve de nuevo acerca de la formación que debía darse a los estudiantes y singularmente a los nuevos que en el seminario de La Paciencia, en otro tiempo «taller y palestra de la virtud», hacían o completaban sus conocimientos, NUEVA MARCHA EN LA ORGANIZACIÓN DE LA PROVINCIA 57 ( 6 ) Ordenaciones y apuntamientos hechos y mandados publicar por nuestro M. R. P. Provincial y RR. PP. Definidores, en el Capítulo celebrado en el convento de San Antonio de Madrid el día 24 de abril de 1739 (APC, 6/10). (7) Sucesión de la Provincia de Capuchinos de Andalucía, ms., ano 1704 (Arch. Prov. de Capuchinos de Andalucía). ( 8 ) Cfr. dichas Ordenaciones arriba citadas. (9) VA, 233.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz