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DOS ESCRITORES NOTABLES 659 En vista de eso creemos que los trabajos que le fueron encomendados por Floridablanca hayan sido la composición de los siete tomos que, con el título de Ensayo de oraciones sagradas, publicó en 1787 . De todos modos el P. Villalpando, trabajador entusiasta e incansable, fue desig­ nado, en junio de 1789 , para suceder al P. Ajofrín en el cargo de Cro­ nista provincial ( 57 ). No sabemos sin embargo haya publicado posterior­ mente otras obras fuera de la traducción de la vida del Bto. Bernardo de Ofida, en 1795 . Por otra parte el curso de teología, cuya composición se le había encomendado al mismo tiempo que el de filosofía, no llegó a concluirlo; quizás tampoco se pusiese a trabajar de lleno en él. No obstante siguió disfrutando de los mismos privilegios y exenciones. Mas eso justamente le impedía tener voto en Capítulo, por no seguir la vida de observancia regular, por lo que, valiéndose seguramente de la amistad de Floridablanca, consiguió un breve por el que se le concedía voto en Capítulo. Era preciso sin embargo obtener el pase del Consejo, el cual, antes de darlo, pidió informes a los superiores de la provincia respecto del P. Villalpando, que los dieron en enero de 1796 , poco favorables ( 58 ). A pesar de esa oposición, tres meses después, en abril de 1797 , el Con­ sejo concedió definitivamente el pase, aunque el P. Villalpando bien poco iba a disfrutar de los privilegios concedidos, puesto que, antes de noviem­ bre, había fallecido ( 59 ). Los últimos meses de su vida debieron deslizarse para él llenos de amargura y sufrimiento. Si los años anteriores hubo de defender su obra filosófica de las censuras y dictámenes contrarios, emitidos por algunas Universidades y aun por varios particulares, también entonces, y mucho más desde 1789 , hubo de vérselas con la propia Inquisición que, a decir verdad, hilaba bastante más delgado que el Consejo de Castilla, según luego expondremos. El P. Villalpando puede y debe ser considerado en el doble aspecto de predicador y de filósofo; queremos hacerlo así y, siguiendo ese mismo orden, reseñar sus producciones literarias. Ya dijimos cómo había dado a la prensa en un sólo año nada menos que siete gruesos tomos de asuntos predicables, que van divididos en tres partes y llevan el mismo título general; los reseñamos a conti­ nuación: Ensayo de oraciones sagradas sobre los varios géneros que compre- hende la Eloquencia del pulpito. Parte primera. Panegíricos pronunciados en diferentes festividades y misterios de laReligión. Por el R. P. Fr. Fran­ cisco de Villalpando, Lector de Teología y Definidor del Orden de Capuchinos en la Provincia de las dos Castillas, tomo I, Madrid, 1787 ( 60 ); Ensayo de oraciones sagradas... Parte primera... To- (57) Ibíd., 679. (58) Informe del P. Cervera, ya citado. (59) VA, 673; en noviembre era designado otro Cronistaprovincial (ibíd., 679). (60) Tiene 4 hjs. 420 pp. y está formado de diezsermonespredicados por el P. Villalpando en ocasiones de compromiso.

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