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642 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA Quizás fuese entonces trasladado al de La Paciencia, de Madrid, donde siguió trabajando en los ministerios apostólicos y sobre todo escri­ biendo con el entusiasmo de siempre, difundiendo y proclamando las glorias de la Orden. Cinco años antes de su fallecimiento y cuando con­ taba ya 56 años de religión y 71 de edad, escribía aun con mano temblo­ rosa al P. Postulador general de la Orden, interesándose por la beatifi­ cación de San Lorenzo de Brindis, cuyo proceso se estaba confeccionando entonces y dándole noticia de algunos milagros que se atribuían a su intercesión ( 33 ). Y en el mencionado convento de La Paciencia entregaba su alma a Dios el 13 de febrero de 1726 ( 34 ). Pero la gloria principal del P. Anguiano son sus escritos. Ya el Padre Bolonia hacía notar en 1747 que «había trabajado mucho y sido muy provechoso y útil a todos» ( 35 ), lo que debemos reconocer sinceramente y con toda justicia, así como su amor entusiasta por la Orden y sus glorias, y su interés extraordinario por darlas a conocer oportuna y, en ocasiones, también inoportunamente. Dos cualidades que se echan pronto de ver en sus libros casi en su totalidad de carácter histórico y referentes a los Capuchinos y más concretamente a sus misiones ( 36 ). Su primera obra fue la ya citada: Disciplina religiosa de los Menores Capuchinos de nuestro Seráfico Padre San Francisco para la educación de la juventud de esta Santa Provincia de la Encarnación de las dos Castillas ( 37 ). Se trata prácticamente de un manual y juntamente ceremo­ nial, que serviría de guía y norma tanto para la formación de los reli­ giosos como para la uniformidad de comportamiento en todos los actos de comunidad. La segunda obra impresa fue: Vida y virtudes del Capuchino español el V. S. de Dios Fray Francisco de Pamplona, religioso lego de la Sagrada Orden de Menores Capuchinos, llamado en el siglo D. Tiburcio de Redin ( 38 ). De las tres partes de que consta, las dos primeras están dedi­ cadas a estudiar la vida de Fr. Francisco y la influencia decisiva que tuvo en la organización de las misiones de los Capuchinos españoles. En la tercera refiere las misiones que aquéllos tuvieron en Africa y América durante el siglo xvn. No obstante el gusto literario de la época, las noti­ cias que da merecen, en general, crédito y se basan en documentos fidedignos. (33) Carta del P. Anguiano, Madrid, 12 enero 1721 (ibíd., 12/12). (34) Carta, sin fecha, del P. Lorenzo de Toledo, Capuchino, a D. Francisco Iturriza, en que, además de otras noticias, le da la del fallecimiento del P. An­ guiano en dicha fecha (Arch. Prov. de Capuchinos de Navarra, Varia, 1603-1770). (35) B e r n a r d u s a N o n o n ia , O. F. M. Cap., Bibliotheca scriptorum Ord. Min. S. Francisci Capuccinoruin, Venetiis 1747, 187-8. (36) Remitimos al lector que desee descripción más detallada de los es­ critos del P. Anguiano, a las obras citadas en la nota 25. (37) Se imprimió en Madrid, 1678: 12 hjs., 312 pp., 2 hjs. (38) También se imprimió en Madrid y, aunque no lleva año, es de 1685, fecha de la fe de erratas. Tuvo una segunda edición en Madrid, 1704, más ex­ tensa y con muchas más noticias de las misiones capuchinas.