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640 LA PROVINCIA DE FF. MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA apostólica, católica y romana». Su carácter es totalmente impugnador y por otra parte apologético. Sin embargo fue delatada a la Inquisición española, aunque sin consecuencia alguna (22). Finalmente, corre con nombre del P. Alamín esta obrita, al parecer compuesta por él: Eternidad de diversas eternidades, de gloria a los justos en el cielo y de tormento en el infierno al pecador, propuestas en compendio ( 23 ). En la misma portada se hace constar: «Por cuanto muchos hacen falsas confesiones por falta de verdadero arrepentimiento y propósito eficaz, por no considerar ni ponderar motivos eficaces, que les ayuden a hacer una verdadera confesión, por eso de mi libro, Felici­ dad natural y sobrenatural del hombre, he sacado los dos compendios de las eternidades diversas de la gloria del cielo y de las del infierno, por juzgarlas para esto muy necesarias». Eso prueba una vez más el celo de este fervoroso misionero capuchino que, en su deseo de ser útil a las almas, aprovechaba cualquier ocasión para ayudarles a conseguir su salvación. Para terminar queremos hacer constar que el P. Alamín nos recuerda por su estilo, por su lenguaje y fraseología el clasicismo de mediados o fines del siglo x v i i . Por otra parte, esas obras son el mejor panegírico de su vida, que fue en un todo conforme con su profesión religiosa; cuanto escribió en libros morales, ascéticos y catequísticos, lo había lleva­ do a la práctica en sí mismo. El Cardenal Luis Belluga y Mendoza, obispo de Cartagena, hizo tal estima de ellas que no sólo ayudó económicamente a su impresión sino que luego las recomendó a los párrocos para que las leyesen a los fieles ( 24 ). 2.—Muy digno por varios conceptos de figurar aquí es también el Padre Mateo de Anguiano, contemporáneo del P. Alamín aunque desta­ cado en otro campo de actividad ( 25 ). Riojano de naturaleza, nació en la villa de Anguiano (Logroño) en 1649 , imponiéndosele el nombre de Juan García. Como hará constar en sus escritos, tomó el hábito religioso en la fecha memorable de las Llagas de San Francisco, 17 de septiembre de 1666 , y en el «ejempla- rísimo convento de Salamanca» ( 26 ). Quizás estuviese en la Universidad (22) Fue ciertamente delatada en 1725, pero no fue prohibida; la delación y censura pueden verse en AHN, Papeles de Inquisición, leg. 4462, n. 26. (23) Sólo conocemos esta edición, hecha, al parecer, a expensas de D. Pedro Vivanco Angulo, síndico de los Capuchinos de San Antonio del Prado; quizás el P. Alamín hiciese, aun en vida, alguna otra edición. (24) Bullarium, V, 366. (25) Extractamos casi todas las noticias aquí consignadas de las introduc­ ciones que pusimos a estas dos obras del P. Anguiano, que dejó manuscritas, publicadas con estos títulos: Misiones capuchinas en Africa.— /.— Misión del Congo, Madrid, 1950, y II, Misiones en el reino de la Zinga, Benin, Arda, Gui­ nea y Sierra Leona, Madrid, 1957; también en esta obra nuestra: Los prime­ ros historiadores de las Misiones Capuchinas en Venezuela, Caracas 1964, 321-333. (26) Estadística general, n. 672; Necrologio, 167; Paraíso en el desierto, Ma­ drid 1713, 187; La nueva ferusalén, Madrid 1709, f. 3r.

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