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ALGUNOS ESCRITORES SEÑALADOS 637 libro en que se expondría la verdadera y falsa contemplación, y ese libro apareció bastantes años después bajo su propio nombre y con este título: Espejo de verdadera y falsa contemplación, Madrid, 1695 (8). Según algunos, el P. Alamín no paró en eso sino que envió a Roma una dela­ ción, en la que se denunciaban errores contenidos en las obras de San Juan de la Cruz y de otros 27 escritores ascético-místicos. Tal delación dirigida al Papa, la firmaba el P. Alamín. Pero lo curioso del caso es que tanto esa delación como un ejemplar de la obra citada del P. Alamín mas las obras de los escritos denunciados, las llevó a Roma el jesuíta Padre José Alfaro. Sucedió que Clemente XI envió toda esa remesa de libros y papeles a la Sagrada Inquisición para su examen. El efecto logrado fue todo lo contrario de lo que se pretendía. Los Carmelitas, como era natural, trabajaron lo indecible y escribieron en contra, logrando al fin que la Inquisición pusiese en el Indice la expresada obra del Padre Alamín, donde ha seguido hasta ahora ( 9 ). Pero tal delación ¿fue hecha efectivamente por el P. Alamín? Sobre ello y por no dilatarnos más citamos sólo lo que consigna el carmelita Padre Pablo de la Concepción: «Lo que sabemos de cierto es que fueron denunciados casi todos nuestros libros místicos al Sumo Pontífice Cle­ mente XI, y que el P. Alfaro, de la Compañía de Jesús, llevó la delación a Roma y la disfrazó con el hábito y nombre del P. Alamín, Capuchi­ no» ( 10 ). No puede negarse que con el nombre del P. Alamín fue presenta­ da la delación, puesto que así se lo comunica la Congregación de la Inqui­ sición al nuncio de España, en carta del 24 de marzo de 1703 ( 11 ). Eso es lo seguro y lo que todos reconocen, pero asimismo pudo suceder que tanto la delación como incluso el libro: Espejo de verdadera y falsa con- ( 8 ) C fr . G e r a r d o d e S a n Iu a n d e l a C r u z , C . D ., Obras del Místico Doc­ tor San Juan de la Cruz. Edición crítica, I, T o le d o 1912, LX1V-LV, y V a l e n ­ t i n o d i S a n ta M a r ía , O . C . D ., Una apología della contemplazione e di San Giovanni della Croce al principio del secolo xvm, e n Ephemerides Carmeliti- cae, 13 (1962), 429-30. E n a m b o s e s tu d io s se c o p ia la ca rta d e l P . C r is tó b a l d e S a n J o sé , B u rg o s, 30 e n e r o 1725, e n la q u e r e fie r e lo s u c e d id o p o r h a b e r t o m a d o p a r te e n la c o n t ie n d a . P e r o m e jo r q u e e l a ñ o 1668 q u e se fija p a ra ta l a n ó n im o d e b e r ía p o n e r s e 1686, e n e l q u e c ie r ta m e n te a p a r e c ie r o n n u m e ­ r o s o s e s c r ito s a n ó n im o s s o b r e lo m is m o . (9) Cfr. Index líbrorum prohibitorum, Romae 1948, 8 ; se le puso aquí por decreto del 30 julio 1708. El citado P. Valentín, en el mencionado artículo, estu­ dia a fondo la cuestión de esta Delación y luego transcribe al final la: Dilatio dilationís Patris Felícis de Alamin, Cappuccino. Al contenido de la misma Dela­ ción contesta en algunas de sus obras el P. Onorio dell’Assunta, O. C. D. (ibíd., nota 23). (10) Así lo afirma en su carta: Lamento teresiano, dirigida a Clemente X III el 27 de enero de 1759, donde deja entrever se hizo todo por ciertos roces habi­ dos entre jesuítas y carmelitas (cfr. V a l e n t i n o , art. c., 435-6). (11) En esa carta de la Inquisición se dice haber enviado el Capuchino Pa­ dre Alamín al Papa un escrito titulado: «Delación contra muchos libros que al parecer contienen los errores de Molinos», y al propio tiempo se envía al citado Nuncio lista de los libros delatados (Archivo Vaticano, Nunziatura di Madrid, busta 54, f. 12).

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