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42 LA PROVINCIA DE F F . MM. CAPUCHINOS DE CASTILLA no se ganó hasta el 3 de agosto de 1739 , siendo condenados a entregar 50.000 reales ( 36 ). Tan despacio fueron las obras, que sólo al celebrarse el Capítulo provincial, el 31 de octubre de 1746 , se erigió la residencia de La Calzada en convento, en atención a que estaba ya próxima la traslación del Santísimo a la nueva iglesia. Pero la realidad fue que hasta el 29 de septiembre de 1747 no tuvo efecto dicha traslación, ni aun entonces los religiosos pasaron a habitar el convento ( 37 ). Y aún podemos añadir que en septiembre de 1752 el convento no estaba del todo terminado, ya que el P. Guardián comunicaba el 18 : «El convento se está cu­ briendo de teja, quedando asegurado con cal todo lo que en primavera no se ha de remover» ( 38 ). Antes de esa fecha, en enero de 1748 , los religiosos, agradecidos a D.a Beatriz Carrillo y teniéndola por fundadora, dieron los pasos para trasladar sus restos de la iglesia parroquial a la conventual ( 39 ). Ya hemos expresado cuáles fueron los fines de esta fundación y cuáles las obligaciones de los religiosos: asistencia al confesonario, a bien morir, predicación en todo tiempo y enseñanza de la doctrina cristiana los días de fiesta y durante la cuaresma. El mismo Nuncio podía testi­ ficar ya en agosto de 1750 que cumplían fielmente sus obligaciones, cuando escribía de ellos que eran «confesores y todos muy aplicados a dar el pasto espiritual en vida y en muerte» ( 40 ). Por lo demás, este convento de La Calzada de Calatrava fue, como nuestros antiguos conventos, de líneas sencillas, aunque bastante grande, como aun hoy en día puede apreciarse. Lo propio se diga de la iglesia: era igualmente sencilla y no de grandes proporciones, como muestra la fotografía. Había en ella, aparte de otras capillas, la de Nuestra Señora de la Soledad y la del Santísimo Cristo, que por cierto tenía — cosa muy rara entonces— Hermandad propia; a cuenta de ésta se levantó la capilla que se construyó después en 1752 ( 41 ). También estuvo establecida ya desde un principio en La Calzada la Orden Tercera Franciscana. Al igual que en otras partes, disponía de salón y capilla propia, de casi las mismas proporciones que la iglesia; allí tenían los terciarios sus cultos aparte, sus ejercicios espirituales y hasta sus penitencias en días detenninados del año. Finalmente, consignamos que la iglesia, después de sufrir no pocas transformaciones, a partir de 1836 , año de la exclaustración de las Ordenes religiosas, fue convertida en iglesia parroquial. (36) Cfr. Provisión del teniente vicario de Ciudad Real, que intima la orden en virtud de autorización dada por el cardenal de Toledo (APC, 30/181); Viri- dario, 133. (37) Ibíd., 288. (38) Carta del P. Guardián (18 septiembre 1752) (APC, 30/195). (39) Cfr. APC, 30/188. (40) Cfr. la carta del Nuncio en Archivo Vaticano, Nunziatura di Madrid, volumen 154, f. 147. (41) Informe del maestro de obras (APC, 30/178, 30/195).

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