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MISIONEROS MÁS DESTACADOS 605 el P. Santander, quien lo publicó más tarde con gran aceptación de sacer­ dotes y predicadores (56). Por último, a todos los anteriores superó y con mucho el tantas veces citado P. Migiiel de Santander, que también formó parte del Seminario de Toro. A él dedicamos el capítulo siguiente. 4.— Contemporáneos de varios misioneros aquí citados pero que no residieron en el convento de Toro, fueron los PP. Pablo de Muriel y Fidel de Segovia, compañeros en sus correrías apostólicas y ambos juntamente destacados predicadores. El P. Pablo de Muriel, nacido en 1725, tomó el hábito en Salamanca el 18 de febrero de 1743 y se ordenó en marzo de 1749 (57). Poco después se dedicó de lleno a la predicación de misiones populares, de tal modo que el P. Provincial, Manuel de Calzada, daba en 1770 este informe de él al Cardenal de Toledo: «Es de los religiosos más hábiles de la provincia, de edad de 48 años, religioso apostólico en las misiones en las que lleva de práctica 17 años con mucho celo del bien de las almas; las ha hecho en varios obispados muchas veces a petición de los señores limos., como en el de Sigüenza, en el de Segovia muchos años de orden del limo, actual, y, en fin, en Madrid las hizo años pasados con mucho fruto y universal aplauso de misionero apostólico» (58). Basta ese testimonio para acreditarlo, pero tenemos además que ese mismo año 1770 fue encargado de predicar misión en cuatro iglesias de Madrid por el arzobispo de Toledo, corriendo precisamente por su cuenta los sermones morales (59). Del mismo modo lo encontramos predicando misiones en el arzobispado de Toledo en 1774 (60). Al siguiente año dirigió sus pasos al norte de España, comenzando a misionar por tierras leonesas, gallegas y asturianas en compañía del P. Fidel de Segovia, dete­ niéndose particularmente en Galicia donde continuaba aun los años 1780 y 1781, como lo afirma en su escrito: Dictamen canónico moral. En él, según lo hicieron muchos otros misioneros, supo reflejar tanto las impre­ siones recibidas como las experiencias logradas e incluso las dificultades ofrecidas para darles oportuna solución (61). No obstante que el P. Muriel continuó en el apostolado de misiones populares más de treinta años y quizás hasta el fin de sus días, no (56) M iguel de S an tander , O . F. M . C a p ., Doctrinas y sermones de mi­ sión, I, M a d rid 1800, X IX -X X IV . (57) Estadística general, n. 1684; Necrologio, 113; V A , 310. (58) Carta del P. Calzada, 4 febrero 1770 (Arch. D ioc. de T oledo, leg. 262) (59) Ibíd., leg. 262. (60) Ibíd., Registro de Cámara, n. 179. (61) El título completo de dicho escrito es: Dictamen canónico-moral sobre el uso de los oratorios domésticos por el privilegio de la Bula de la Cruzada. Dado a instancias del celo de las almas, para el sosiego de las conciencias, por el R. P..., Misionero Capuchino en el reino de Galicia, ms., 168 pp. (Bi­ blioteca de la R. Academia de la Historia, Papeles de / esuitas, t.59, ff.394- 478). Va firmado por el P. Muriel el 18 de febrero de 1781. Advertimos una vez más que dicho tomo 59 de papeles varios procede de la biblioteca del con ­ vento de San Antonio del Prado.

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